* Silencio * |
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Silencio,… palabra controvertida que al tiempo que mata otorga la vida.
Las cuatro estaciones nos muestran sus leyes. Los días y noches también lo contienen. |
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Vivir el Silencio requiere del arte de ser uno mismo, dominio de nadie.
De nadie o de nada que te haga salirte del centro al que en ti debieras ceñirte. |
La Vida no discurre por esferas de atmósferas regidas por palabras; se nutre del silencio y del sentir que expresa la estructura de las almas.
Tampoco se alimenta del murmullo que deja tras de sí la compañía que sólo viene a darme del consuelo de no sentir que en mí está la Vida. |
Si llega el silencio, pregunto a mi alma qué quiere que afronte, si es que soledad percibo me embarga. |
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Algo tras de mí seguro se halla pidiendo a mi ser retome de aquello que yo mal llevaba. |
¿El ser dependiente,… ¿No ser agua mansa,… ¿No ver los valores de aquella persona que hoy echo en falta?
Tendemos a apoyarnos en sonidos que impiden escuchar lo que hay en mí, aquello que delata el laberinto que enreda la razón de mi existir.
Y busco el recubrirme de labores pensando me darán la madurez, sabiendo que lo ajeno a mi persona encubre lo que en mí me cuesta hacer.
El vacío, origen de esta vida, nos dice que el silencio es una puerta que une y vivifica nuestro mundo con aquello que somos en esencia.
El morir y el renacer es la ley del infinito para todo cuanto busca superar sus entresijos.
No es, pues, de extrañar entonces que el silencio nos parezca una ausencia inesperada si no vemos que la noche el día la precisaba.
Angel Baña (29 oct. 2011) |
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